viernes, 8 de abril de 2011


Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas. El Renacimiento es fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo.

El término Renacimiento, simboliza la reactivación del conocimiento y el progreso tras siglos de un predominio de mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad Media.
La historia moderna de la pintura se inicia con los aportes de los maestros del Renacimiento. Florencia y Roma durante los siglos XV y XVI son la cuna de dicho movimiento que establecerá a través de la perspectiva, la proporción, la anatomía y el descubrimiento y uso del óleo, una manera de pintar realista que no se había dado antes.

Este periodo se caracterizó por un renovado interés por el pasado grecorromano clásico y especialmente por su arte. Con el Renacimiento, el hombre centra toda su actividad en el hombre como tal; es decir, después del aletargamiento medieval el hombre piensa ahora con una libertad de espíritu, que le conducirá a la libertad de pensamiento, el culto a la vida y el amor a la naturaleza. Además, el Renacimiento estableció como fuentes de inspiración el equilibrio y la serenidad.

Nacimiento de Venus

Autor: Sandro Botticelli.
Fecha: 1485.
Expuesto en: Galería de los Uffizi en Florencia, Italia.
Tamaño: 172,5 x 278,5 cm.
Técnica: Témpera sobre lienzo.

El Nacimiento de Venus es una de las obras más famosas de Botticelli. El momento que representa el artista es la llegada de la diosa, tras su nacimiento en la isla de Citera; Venus es empujada por la fuerza de los dioses alados por Céfiro, dios del viento y Cloris, diosa de la brisa. A su derecha resalta la ninfa de la primavera que la espera para cubrirla con su manto de flores, tal cual como describe Homero, quien sirvió de fuente literaria para la obra de Botticelli. Desde los tiempos de la Roma clásica no se había vuelto a presentar una diosa pagana desnuda. El desnudo femenino considerado pecaminoso en el arte medieval cristiano, se recupera en el Renacimiento como símbolo de la inmaterialidad.

La Creación de Adán

Autor: Miguel Ángel Bounarrotti.
Fecha: 1510.
Expuesto en: La Capilla Sixtina del Vaticano en Roma, Italia.
Tamaño: 280 × 570 cm.
Técnica: Fresco.

La creación de Adán es un fresco en el techo de la Capilla Sixtina pintado por Miguel Ángel. Ilustra el episodio bíblico del Génesis en el cual D-os le da vida a Adán, el primer hombre (según la tradición bíblica). Se observa como el brazo derecho de D-os se encuentra estirado para impartir la chispa de vida de su propio dedo al de Adán, cuyo brazo izquierdo se encuentra en idéntica posición al de D-os. Es famoso el hecho de que ambos dedos están separados por una mínima distancia. Cronológicamente es el cuarto de los paneles que representan episodios del Génesis en el techo de la capilla, fue de los últimos en ser completados y es una de las obras de arte más apreciadas y reconocidas en el mundo.

El hombre de Vitruvio

Autor: Leonardo da Vinci.
Fecha: 1492.
Expuesto en: Galería de la Academia de Venecia, Italia.
Tamaño: 34,4 × 25,5 cm.
Técnica: Dibujo en lápiz y tinta.

El Hombre de Vitruvio es un famoso dibujo acompañado de notas anatómicas de Leonardo da Vinci realizado en uno de sus diarios, representándose a sí mismo desnudo. En él se realiza un estudio anatómico buscando la proporcionalidad del cuerpo humano o ideal de belleza, realizado a partir de los textos de arquitectura de Vitruvio, arquitecto de la antigua Roma, del cual el dibujo toma su nombre. El redescubrimiento de las proporciones matemáticas del cuerpo humano en el siglo XV por Leonardo y otros autores, está considerado como uno de los grandes logros del Renacimiento. En las relaciones anatómicas representadas en la obra puede verse reflejado la proporción áurea, que se puede obtener al dividir la altura total de una persona, entre la altura que hay desde su ombligo al suelo. Este mismo número se repite si dividimos la distancia que hay desde el hombro hasta la punta de los dedos con la mano extendida, entre la medida desde el codo hasta la punta extendida de los dedos, repitiéndose a sí la misma proporción en otras relaciones corporales.

Mona Lisa, Gioconda

Autor: Leonardo da Vinci.
Fecha: 1506.
Expuesto en: Museo Nacional del Louvre en París, Francia.
Tamaño: 77 x 53 cm.
Técnica: Óleo sobre tabla.

El cuadro La Gioconda, es el retrato de Madonna (Señora) Lisa, la esposa de Francesco del Giocondo, de donde toma su sobrenombre. Leonardo retuvo consigo el retrato hasta su muerte y no dejó de trabajar en él, hasta sus últimos años. En ella se citan todas las características de la pintura del artista, como por ejemplo: trazos perfectos del cuerpo humano, situar diversos planos, perfectamente ensamblados entre sí, el uso del esfumato creando una perspectiva aérea, haciendo que la atmósfera no sea translúcida. Desde el siglo XVI es propiedad del Estado Francés. La fama de esta pintura no se basa únicamente en la técnica empleada o en su belleza, sino en los misterios y enigmas que la rodean los cuales contribuyen a convertirla en el cuadro más famoso del mundo. Entre los misterios están: las teorías acerca del origen de la modelo, la expresión de su rostro, la inspiración del autor, el gesto de sus manos y la media sonrisa más polemizada de la Historia del Arte; de la cual se dice, que desaparece al mirarla directamente y sólo reaparece cuando la vista se fija en otras partes del cuadro. Es una sonrisa ambigua que expresa el estado de ánimo del espectador que la observa. Además es conocida como la sonrisa leonardesca en honor a su autor, pues se presenta en la mayoría de sus obras. Por último, el cuadro se encuentra protegido por múltiples sistemas de seguridad y la sala está ambientada para su óptima preservación.

Última Cena

Autor: Leonardo da Vinci.
Fecha: 1495-97.
Expuesto en: Iglesia Santa María de las Gracias en Milán, Italia.
Tamaño: 480 x 880 cm.
Técnica: Fresco.

La Última Cena es una pintura mural original de Leonardo da Vinci, se encuentra en la pared sobre la que se pintó originariamente. Para muchos expertos e historiadores del arte, esta obra es considerada como la mejor obra pictórica del mundo. Su éxito se basa en la fuerza psicológica de la escena, cuando Cristo denuncia la traición de uno de los discípulos. Ante su palabra, cada discípulo reacciona de una manera diferente, lo que permite realizar a Leonardo un completo estudio de los temperamentos humanos: la cólera, la sorpresa, la incredulidad, la duda y la culpabilidad. La pintura se ha mantenido como una de las obras de arte más reproducidas.

El jardín de las delicias

Autor: El Bosco.
Fecha: 1503-04.
Expuesto en: Museo del Prado en Madrid, España.
Tamaño: 220 x 195 cm.
Técnica: Óleo sobre tabla.

El jardín de las delicias es la obra más conocida del pintor holandés Hieronymus Bosch. El cuadro cerrado en su parte exterior alude al tercer día de la creación del mundo. Se representa un globo terráqueo, con la Tierra dentro de una esfera transparente, símbolo, según Tolnay, de la fragilidad del universo. Sólo hay formas vegetales y minerales, no hay animales ni personas. Está pintado en tonos grises, blanco y negro, lo que se corresponde a un mundo sin el Sol ni la Luna aunque también es una forma de conseguir un dramático contraste con el colorido interior, entre un mundo antes del hombre y otro poblado por infinidad de seres.
Al abrirse, el tríptico presenta, en el panel izquierdo, una imagen del paraíso donde se representa el último día de la creación, con Eva y Adán; y en el panel central se representa la locura desatada: la lujuria. En esta tabla central aparece el acto sexual y es donde se descubren todo tipo de placeres carnales, que son la prueba de que el hombre había perdido la gracia. Por último tenemos la tabla de la derecha donde se representa la condena en el infierno; en ella el pintor nos muestra un escenario apoteósico y cruel en el que el ser humano es condenado por su pecado.
Los mundos que presenta el artista no tienen nada que ver con la realidad, ni con la comprensión humana. Es uno de los primeros genios de la historia del arte que introduce en sus imágenes: monstruos, plantas antropomorfas y objetos imposibles; los cuales superan la realidad y están plagados de un clima de fantasía inagotable. Sin duda una pintura que invita a ser observada con detenimiento.

El Caballero de la mano en el pecho, Retrato de un desconocido

Autor: El Greco.
Fecha: 1584.
Expuesto en: Museo del Prado en París, Francia.
Tamaño: 74 x 58 cm.
Técnica: Óleo sobre lienzo.

El Caballero de la mano en el pecho, obra pintada por El Greco conservada en el Museo del Prado de Madrid, es sin duda su más famoso retrato. En esta obra El Greco realiza un retrato de un personaje desconocido, personificando en él al caballero español del Siglo de Oro. La elegancia y sutileza de la obra se aprecia en las características que concede al personaje: el puño de oro de la espada española que presenta en primer término, así como el gesto de la mano sobre el pecho, que alude al rito de la “Fe del caballero”, un titulo digno, otorgado sólo a ciertos personajes destacados.

El entierro del Conde de Orgaz

Autor: El Greco.
Fecha: 1586-88.
Expuesto en: Iglesia de Santo Tomé de Toledo, España.
Tamaño: 480 x 360 cm.
Técnica: Óleo sobre lienzo.

El entierro del Conde de Orgaz se considera una de las obras más sobresalientes del Greco y de toda la pintura universal, aparte de ser el cuadro más grande de todo el siglo XVI. La composición se desdobla en dos escenas: una terrestre, la inferior, en la que aparecen muchos personajes contemporáneos, entre ellos el Greco que nos mira de frente, invitándonos a entrar en el misterio admirable que contemplan nuestros ojos y su hijo, señalando con su dedo al personaje central; y otra celestial, en la mitad superior. Que el Greco pintase una serie de personajes reales contemporáneos suyos supone el primer retrato colectivo de la historia del arte español. Debido principalmente a que no se ha movido de su emplazamiento original, el cuadro goza de un excelente estado de conservación.